En septiembre de 2008 se inauguró en Washington el 'Pentagon Memorial', el monumento conmemorativo que rinde tributo a las víctimas del avionazo al Pentágono del 9/11.
El homenaje consiste en 184 unidades en recuerdo de cada una de las personas que murieron hace siete años en Washington. En aquella fecha, un vuelo comercial secuestrado por terroristas fue estrellado contra el Pentágono.
El homenaje consiste en 184 unidades en recuerdo de cada una de las personas que murieron hace siete años en Washington. En aquella fecha, un vuelo comercial secuestrado por terroristas fue estrellado contra el Pentágono.
El monumento representa a las 59 personas que murieron en el vuelo 77 de American Airlines y a las 125 que perecieron estando en el Pentágono, el gigantesco edificio que acoge al Departamento de Defensa norteamericano.
El memorial distingue entre unas y otras víctimas. Cuando el visitante lea la placa de una víctima del avión estará mirando al cielo, mientras que al leer el nombre de un muerto en el edificio tendrá el Pentágono como fondo.
El momumento fue diseñado por Julie Beckman y Keith Kaseman, y cada una de las bancas que los conforman están hechas de aluminio con un recipiente de agua iluminada debajo, y la placa con el nombre de la víctima.
Lo que ha llamado mi atención es la sencillez del monumento y como en el se conjugan mobiliario urbano y espacio conmemorativo, lo que lo hace un espacio interesante, ya que no es solo contemplativo sino que es también un espacio vivible.
Esta dualidad gira y se da en torno a las bancas, que sirven tanto de mobiliario urbano, y un espacio para que los famliares convivan, como un lugar de ofrendas en el que puede despositar flores, velas ,etc.
Keith Kaseman, el diseñador del monumento, dijo que quería hacer un monumento que describiera las historias de aquellos que fallecieron.
"Queríamos hacer algo como ninguno, simplemente porque ese día no fue un día como cualquier otro", explicó. "Debía ser algo individual y colectivo en su naturaleza y tener pistas y claves que contaran la historia de la gente que perdió sus vidas. También quería que el monumento te hiciera pensar, pero sin prescribir lo que se debía sentir".
Una fundación privada logró recaudar unos US$ 21 millones para completar el proyecto.
Lo que ha llamado mi atención es la sencillez del monumento y como en el se conjugan mobiliario urbano y espacio conmemorativo, lo que lo hace un espacio interesante, ya que no es solo contemplativo sino que es también un espacio vivible.
Esta dualidad gira y se da en torno a las bancas, que sirven tanto de mobiliario urbano, y un espacio para que los famliares convivan, como un lugar de ofrendas en el que puede despositar flores, velas ,etc.
Keith Kaseman, el diseñador del monumento, dijo que quería hacer un monumento que describiera las historias de aquellos que fallecieron.
"Queríamos hacer algo como ninguno, simplemente porque ese día no fue un día como cualquier otro", explicó. "Debía ser algo individual y colectivo en su naturaleza y tener pistas y claves que contaran la historia de la gente que perdió sus vidas. También quería que el monumento te hiciera pensar, pero sin prescribir lo que se debía sentir".
Una fundación privada logró recaudar unos US$ 21 millones para completar el proyecto.
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