La arquitectura efímera o temporal es un ámbito no siempre bien difundido, pero que da pie a creaciones valiosas e interesantes que incluso en ocasiones acaban convirtiéndose en arquitectura "fija". Este es el caso del Rietveld Pavilion, diseñado en 1955 por el arquitecto holandés Gerrit Rietveld.
Diseñado como un pabellón para la exhibición de esculturas pequeñas en la Tercera Exhibición Internacional de Esculturas en el Arnhem's Sonsbeek Parl, se plateó como una estructura temporal, y se desmanteló al finalizar la exhibición, pero el impacto que casuó su simplicidad motivó su reconstrucción, 10 años después en 1965, bajo el nombre de el 'Rietveld Pavilion' en el jardín escultórico del museo Kröller-Müller.
Con el paso de los años se hizo evidente que al estar construído con puros materiales con acabado aparente, el mantenimiento era complicado y el deterioro inevitable al estar tan expuesta a los elementos. Se hicieron restauraciones con diversos criterios a lo largo de los años hasta que llego al punto en que la estructura se volvión insalvable.
En este 2010, este ejemplo de la arquitectura holandesa de mitad del siglo XX se reconstruyó por tercera vez, en esta ocasión con nuevos materiales, mucho más resistentes y durables, pero respetando la plástica del proyecto original.
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