Cuando veo proyectos como este no puedo evitar preguntarme como le iría a un alumno de arquitectura si presenta un proyecto como este en algunas de sus clases, y algunas de las repuestas que se me ocurren no son tan gratas como quisiera.
La arquitectura de hoy en día es tan variada, tan amplia en posibilidades, que determinar que tiene valor y que no, es sumamente difícil. Este proyecto, que para nuestro medio resultaría casi inconcebible, resulta ser uno reseñado en más de un sitio, y que si se ve no con los anteojos de nuestro contexto, sino con los anteojos del contexto (Holanda) y circunstancias en que fue diseñado y construído, acaba cobrando sentido, y valor.
La arquitectura de hoy en día es tan variada, tan amplia en posibilidades, que determinar que tiene valor y que no, es sumamente difícil. Este proyecto, que para nuestro medio resultaría casi inconcebible, resulta ser uno reseñado en más de un sitio, y que si se ve no con los anteojos de nuestro contexto, sino con los anteojos del contexto (Holanda) y circunstancias en que fue diseñado y construído, acaba cobrando sentido, y valor.
Construido en un terreno muy reducido, cuenta con una sola circulación, una escalera que inicia prácticamente en la puerta de acceso y finaliza hasta el tercer nivel de la casa. La escalera usa los descansos también como vestíbulos a las áreas a las que conduce, maximizando así el uso de la poco superfice construída del proyecto.
Las plantas arquitectónicas son muy sencillas, pero los espacios resultantes están bien resueltos y no se sienten tan estrechos, esto en buena parta gracias al color blanco de todos los interiores, las ventanas estrategicamente ubicadas y el planteamiento minimalista en general del proyecto.
Vía: Deezen
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