

La orientación norte-sur da lugar a una dualidad que el programa exigía y que la planta sintetiza radicalmente: segregar la actividad pública de la vida privada. La zona norte es la más expuesta, se aprecia con claridad desde el Camí Vell de la Mola, la vía de acceso. En el lado norte se encuentra un pequeño estudio de arquitectura, mientras que en el sur se ubica una reducida vivienda-refugio para una pareja. Además de buscar el asoleamiento, la orientación del refugio responde a la voluntad de apropiarse del pequeño bosque a modo de jardín autóctono, que no requiere transformación ni mantenimiento y provee intimidad y privacidad.

La envolvente, única construcción húmeda de la obra, es de fábrica de bloques de termoarcilla revestida y hormigón armado. Es una sección rectangular extruida horizontalmente. El resto de cerramientos interiores y exteriores se han construido con vidrio y madera de iroko. Una hendidura perimetral a nivel del terreno permite que el edificio levite. Una transición entre lo artificial y lo natural. Las aberturas laterales se han concebido como cortes verticales que desgarran la fachada, fragmentando los alzados de levante y poniente, dotándolos de un "grano" más pequeño. Para mayor sobriedad y armonía, los muebles y accesorios fueron diseñados ad-hoc con los mismos materiales de las divisiones interiores.


Fuente: http://arkinetia.com/
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