Erick van Egeraat construye la Biblioteca Nacional de la República de Tatarstan, la tercera capital de Russia (y en vía de independizarse de esta), en una colina adyacente a una gran explanada, un proyecto que no solo será el hogar de una gran colección de libros, sino que contrario a lo usual en este tipo de proyectos, es un edificio que se abre literalmente hacia el público debido a su concepto: "un libro abierto", lo cual se puede percibir a simple vista por el perfil que generan sus dos torres principales.
La entrada a al biblioteca, un iluminado atrio de 18 metros de altura, es el portal de la biblioteca a la ciudad y el elemento que la comunica con la explanada.
Situada entre la la biblioteca y la ciudad, el vestíbulo de entrada es un universo en si mismo, un lugar donde el colectivo de la población y sus culturas se entrelazan. La entrada puede funcionar como galería, espacio de estar, parque, boulevard, punto de encuentro, espacio educativo o jardín al mismo tiempo.
El atrio es también un puentes metafórico entre el exterior y el interior, entre la ciudad y la biblioteca, entre el área pública llena de vida y el calmo interior recinto del conocimiento. Detrás de las dos torres y el vestíbulo de acceso, dos hileras de volúmenes de edificios continúan la cuesta del paisaje. Entre las hilera una suerte de parque asciende por la cubierta del edificio. Partes de la biblioteca están totalmente dentro de la colina, otras logran su iluminación a través de patios.
Además de ofrecer los servicios tradicionales de una biblioteca de estado, el edificio será hogar de todos los sistemas modernos de acceso a al información y manejo del conocimiento.
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