Elizabeth Diller y su despacho de Nueva York se han caracterizado desde hace varios años por su actitud sumamente visionaria, y son de los que piensan que las vanguardias no tienen que nacer siempre en el viejo continente, sino que todos tenemos que empezar a generarlas.
Después de años de experimentación y desarrollo finalmente han logrado que sus ideas empiecen a ser viables y aplicables en el mundo real, y este es un ejemplo de tales ideas, una propuesta en la que si bien la banqueta desplaza al área verde, no la desaparece, sino que la reubica y le da un nuevo uso y una nueva función potenciando así su utilidad. Qué tan cerca estamos de ver esta idea aplicada es otra historia, pero propuestas como esta son las que hacen falta en este mundo en el que cada vez somos más y el espacio es cada vez menos.
Después de años de experimentación y desarrollo finalmente han logrado que sus ideas empiecen a ser viables y aplicables en el mundo real, y este es un ejemplo de tales ideas, una propuesta en la que si bien la banqueta desplaza al área verde, no la desaparece, sino que la reubica y le da un nuevo uso y una nueva función potenciando así su utilidad. Qué tan cerca estamos de ver esta idea aplicada es otra historia, pero propuestas como esta son las que hacen falta en este mundo en el que cada vez somos más y el espacio es cada vez menos.
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