Cuando se hace un proyecto de Jardín de Niños suele quedar claro que el color es una de las principales herramientas a usar para lograr una identificación del usuario, los niños, con el edificio. Sin embargo los resultado no siempre son afortunados, y a veces caen en el exceso e incluso en la caricatura.
Este proyecto es un buen ejemplo de que un edificio que formal y constructivamente es sumamente contemporáneo, puede a travé del color, lograr un espacialidad con carácter. El proyecto fue desarrollado por los arquitectos Liu Yichun y Chen Yifeng del despacho Atelier Deshaus, y consta de dos parte principalmente, un conjunto de salones, y un gran vestíbulo a través del cual se puede acceder a ellos.
Los salone se encuentran agrupados en varios bloques y se conectan al vestíbulo a través de pequeños pasillos que funcionan como vestíbulos de acceso a estos. El vestíbulo principal contiene rampas para moverse por los diferentes niveles del edificio.
El color predominante es el blanco, lo que da una sensación de amplitud a todo el proyecto. Los otros colores que podemos encontrar son principalmente colores calidos que dan vida y alegría a los espacios.
El proyecto tiene un carácter introvertido, por lo que cuida muy bien el manejo del color hacia al exterior. Las fachas son blancas con algo de transparencias de color, dejando el manejo rico del color a los espacios interiores.
Vía: +MOOD
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