Geometricamente hablando, el triángulo es una de las formas más estables, pero a la hora de diseñar los arquitectos solemos huìrle a los ángulos cerrados que estos implican. Sin embargo las formas triángulares no necesariamente son una limitante seria si se les maneja adecuadamente, y este edificio de la zona de Williamsburgh en Nueva York, es un buen ejemplo de ello.
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